lunes, 9 de abril de 2018

COLOR Y CONTRASTE


CLASE DE ARTISTICA.
GRADO NOVENO.





DIBUJOS EN COLOR Y EN CONTRASTE
Hasta el presente, no disponíamos de una introducción clara y fundamentada acerca de la práctica y los ejercicios para explicar los particulares efectos de los contrastes de colores. Este estudio sobre los contrastes de colores, constituye un elemento importante de la teoría de los colores.

Pasaremos a estudiar a continuación los siete modos de contraste de color que propone Johannes Itten en 1961 (Johannes Itten, The art of color; the subjective experience and objective rationale of color, Reinhold Pub. Corp., Nueva York, 1961).



Según este autor, los siete contrastes de colores son: 
1. Contraste del color en sí mismo (o de colores puros)
2. Contraste de claro-oscuro
3. Contraste de cálido-frío (también puede decirse “caliente-frío”)
4. Contraste de complementarios
5. Contraste simultáneo (o de simultaneidad)
6. Contraste cualitativo (o de calidad o de luminosidad)
7. Contraste cuantitativo (o de cantidad o de proporciones)
Aunque pueden analizarse uno a uno y por separado, pronto nos daremos cuenta que en realidad aparecen ligados, obrando uno sobre el otro.
1.- Contraste de colores puros: es el contraste de matiz o tinta. Producido por la aproximación de cualquier color a su más elevado punto de saturación. Así pues, el contraste tendrá un efecto enérgico, ruidoso cuando utilicemos los colores primarios, mientras que se irá atenuando cuanto más nos alejemos de estos.
Se trata de un tipo de contraste utilizado en el arte popular, el expresionismo, etc., veamos a continuación un ejemplo de Matissse:

El contraste del color en sí mismo es el más sencillo de los siete contrastes de colores. No requiere un gran esfuerzo a la visión, pues para representarlo, se puede emplear cualquier color puro y luminoso.
De la misma manera que la oposición negro-blanco señala el más fuerte contraste de claro-oscuro, el amarillo, el rojo y el azul constituyen las expresiones más fuertes del contraste del color en sí mismo (figura 4). Para representar este contraste, necesitamos por lo menos tres colores netamente diferenciados. El efecto que se deduce, es siempre multicolor, franco, potente y neto. La fuerza de expresión del contraste del color en sí mismo va disminuyendo a medida que los colores empleados se van alejando de los tres colores primarios. Así, el carácter del anaranjado, del verde y del violado es menos marcado que el del amarillo, del rojo y del azul. El efecto de los colores terciarios es todavía menos llamativo. Cuando los distintos colores van delimitados por trazos negros o blancos, su carácter particular se pone mucho más en relieve. Su irradiación y sus recíprocas influencias son entonces ampliamente neutralizadas y cada color reviste una expresión real y concreta.

Si la triple concordancia amarillo, rojo, azul encierra el más fuerte contraste del color en sí mismo, bien se comprende que todos los colores puros y no mezclados pueden formar un contraste de este tipo (figura 6).
A causa de las modificaciones de valor claro-oscuro, el contraste del color en sí mismo alcanza un número infinito de nuevos valores de expresión (figura 7). Además la relación cuantitativa de colores puede sufrir modificaciones. El número de variaciones es inmenso y, en consecuencia, es posible variar indefinidamente la expresión de la concordancia. El tema o el gusto subjetivo del artista decidirán si la concordancia debe realizarse con superficies coloreadas más o menos grandes o si la concordancia debe contener más blanco o más negro. Como lo muestran las ilustraciones propuestas para la realidad y el efecto de los colores, el blanco rebaja la luminosidad de los colores y los hace más apagados, mientras que el negro aumenta su luminosidad y hace que se manifiesten más claros. Por ello el blanco y el negro desempeñan un papel particularmente importante en las composiciones coloreadas (figura 5).

El contraste del color en sí mismo da la solución para numerosos temas de pintura. Expresa la vida bulliciosa, el brote de una fuerza luminosa. Los colores puros primarios y secundarios siempre expresan una irradiación cósmica primitiva y, al mismo tiempo, una realidad solemne y material. Por eso se emplean para un coronamiento de cielo como para una naturaleza muerta realista

El conjunto de los colores, considerado como un todo, simboliza un momento en el tiempo, momento de importancia universal y eterna.
 
Bien se observa que cada contraste de colores posee su propia fuerza de expresión. El contraste del color en sí mismo puede expresar ya una alegría desbordante ya una profunda tristeza, la vida primitiva o la universalidad cósmica.
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ACTIVIDAD:
Escribir en el cuaderno el siguiente taller.
1.   Cuales son los siete modos de contraste de color que propone Johannes Itten en 1961.
2.   Menciona cuales son las características de estos modos de contraste que se evidencian en el texto.
3.   Dibuja la figura 8 en el cuaderno donde se evidencia la utilización de los colores en contraste.

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