CLASE DE ARTISTICA.
GRADO NOVENO.
DIBUJOS EN COLOR Y EN CONTRASTE
Hasta
el presente, no disponíamos de una introducción clara y fundamentada acerca de
la práctica y los ejercicios para explicar los particulares efectos de los
contrastes de colores. Este estudio sobre los contrastes de colores, constituye
un elemento importante de la teoría de los colores.

Pasaremos a estudiar a
continuación los siete modos de contraste de color que propone Johannes Itten
en 1961 (Johannes Itten, The
art of color; the subjective experience and objective rationale of color,
Reinhold Pub. Corp., Nueva York, 1961).
Según
este autor, los siete contrastes de colores son:
1. Contraste del color en sí
mismo (o de colores puros)
2. Contraste de claro-oscuro
3. Contraste de cálido-frío (también
puede decirse “caliente-frío”)
4. Contraste de complementarios
5. Contraste simultáneo (o
de simultaneidad)
6. Contraste cualitativo (o
de calidad o de luminosidad)
7. Contraste cuantitativo (o
de cantidad o de proporciones)
Aunque
pueden analizarse uno a uno y por separado, pronto nos daremos cuenta que en
realidad aparecen ligados, obrando uno sobre el otro.
1.- Contraste de colores puros: es el
contraste de matiz o tinta. Producido por la aproximación de cualquier color a
su más elevado punto de saturación. Así pues, el contraste tendrá un efecto
enérgico, ruidoso cuando utilicemos los colores primarios, mientras que se irá
atenuando cuanto más nos alejemos de estos.
Se
trata de un tipo de contraste utilizado en el arte popular, el expresionismo,
etc., veamos a continuación un ejemplo de Matissse:

El
contraste del color en sí mismo es el más sencillo de los siete contrastes de
colores. No requiere un gran esfuerzo a la visión, pues para representarlo, se
puede emplear cualquier color puro y luminoso.
De
la misma manera que la oposición negro-blanco señala el más fuerte contraste de
claro-oscuro, el amarillo, el rojo y el azul constituyen las expresiones más
fuertes del contraste del color en sí mismo (figura 4). Para representar este
contraste, necesitamos por lo menos tres colores netamente diferenciados. El
efecto que se deduce, es siempre multicolor, franco, potente y neto. La fuerza
de expresión del contraste del color en sí mismo va disminuyendo a medida que
los colores empleados se van alejando de los tres colores primarios. Así, el
carácter del anaranjado, del verde y del violado es menos marcado que el del
amarillo, del rojo y del azul. El efecto de los colores terciarios es todavía
menos llamativo. Cuando los distintos colores van delimitados por trazos negros
o blancos, su carácter particular se pone mucho más en relieve. Su irradiación
y sus recíprocas influencias son entonces ampliamente neutralizadas y cada
color reviste una expresión real y concreta.
Si la
triple concordancia amarillo, rojo, azul encierra el más fuerte contraste del
color en sí mismo, bien se comprende que todos los colores puros y no mezclados
pueden formar un contraste de este tipo (figura 6).
A causa de las modificaciones
de valor claro-oscuro, el contraste del color en sí mismo alcanza un número
infinito de nuevos valores de expresión (figura 7). Además la relación
cuantitativa de colores puede sufrir modificaciones. El número de variaciones
es inmenso y, en consecuencia, es posible variar indefinidamente la expresión
de la concordancia. El tema o el gusto subjetivo del artista decidirán si la
concordancia debe realizarse con superficies coloreadas más o menos grandes o
si la concordancia debe contener más blanco o más negro. Como lo muestran las
ilustraciones propuestas para la realidad y el efecto de los colores, el blanco
rebaja la luminosidad de los colores y los hace más apagados, mientras que el
negro aumenta su luminosidad y hace que se manifiesten más claros. Por
ello el blanco y el negro desempeñan un papel particularmente
importante en las composiciones coloreadas (figura 5).
El contraste del color en sí mismo da la solución para
numerosos temas de pintura. Expresa la vida bulliciosa, el brote de una fuerza
luminosa. Los colores puros primarios y secundarios siempre expresan una
irradiación cósmica primitiva y, al mismo tiempo, una realidad solemne y
material. Por eso se emplean para un coronamiento de cielo como para una
naturaleza muerta realista
El
conjunto de los colores, considerado como un todo, simboliza un momento en el
tiempo, momento de importancia universal y eterna.

Bien
se observa que cada contraste de colores posee su propia fuerza de expresión.
El contraste del color en sí mismo puede expresar ya una alegría desbordante ya
una profunda tristeza, la vida primitiva o la universalidad cósmica.
![clip_image004[5]](https://migueldemontoro.files.wordpress.com/2011/04/clip_image0045_thumb.jpg?w=465&h=481)
ACTIVIDAD:
Escribir en el cuaderno el siguiente
taller.
1.
Cuales son los siete modos de contraste de
color que propone Johannes Itten en 1961.
2.
Menciona cuales son las características de
estos modos de contraste que se evidencian en el texto.
3.
Dibuja la figura 8 en el cuaderno donde se
evidencia la utilización de los colores en contraste.